martes, 23 de abril de 2013

Relato: [ Suriyel ] " Y el Abismo devolvió la mirada "


Relato: [ Suriyel ] " Y el Abismo devolvió la mirada "

"Y los piadosos, clamaron justicia mirando hacia el Abismo infecto... Y el Abismo devolvió la mirada" - Evangelio de Jack Solomon, Advenimiento, capítulo 1


Para Suriyel no había mayor agonía que estar privado de forma, de sus sentidos y sintiéndose sumergido en la más completa oscuridad. Era la ausencia de todo cuanto había amado y había creído, la palpable negación a su anterior estado de Gracia, el castigo por la mayor de las traiciones: Volver la espalda a Dios y el Plan Divino, en mayúsculas y con total alevosía. Ésa había sido su primera bocanada de libre albedrío y la estaba pagando con intereses, ahora, en su encierro, cuando no sabía si sentirse más furioso por creer en aquello que lo llevó al Abismo o en el mayor embustero que la vieja Hueste hubiese dado a luz... Lucifer, “Portador de la Luz”, aunque a Suriyel le parecía más bien el príncipe de los embaucadores.

Él y su “Gran Experimento” para encender la chispa de divinidad en los humanos, fueron los culpables de convencerlo para que traicionase a sus hermanos de la Hueste. Él, que había sido un grande entre grandes, apaleado y encerrado como una bestia salvaje, él que había traído el descanso de millares de almas, estaba privado de sus poderes. Cuando la Hueste se impuso al bando Rebelde, cuando Dios tocó la Creación por última vez, pensó que sería destruido luchando, pero cuando los temblores cesaron, se encontró con algo más terrible aún... El exilio, aniquilación por todas partes y cenizas a su paso, mientras que él y sus hermanos iban entrando al vórtice que daba entrada al Abismo, empujados por sus antiguos hermanos, que portaban espadas de mortífero fuego.

Intentó ver en medio de la oscuridad total, aún cuando ya carecía de ojos, y aunque una parte de su esencia le decía que un Ángel no necesita ojos para ver, su estancia entre humanos lo había marcado para el resto de su existencia en aspectos que había creído imposibles un milenio atrás. Ya no era un ser de energía pura, sin emociones ni imperfecciones, había sido corrompido, y esa lacra le hacía sentirse furioso. Había segado almas para Dios, había traído incontables muertes como Ángel del ocaso, encargado de dar muerte y traer renovación, pero jamás había sentido esta emoción llamada remordimiento. Y era allí, en medio de esa oscuridad, donde Suriyel emitió un grito mental de agonía, lo más parecido que podría ser de un llanto. Estaba preso en una cárcel de soledad... Y eso le estaba matando, y más cuando sabía que duraría eternamente.

Perdió la noción del tiempo, y eso le pareció incluso gracioso, ya que si un Ángel que se encarga de aquello a lo que le ha llegado su hora, pierde el sentido del tiempo, ¿En qué se convierte? Eso le hizo sentirse una parodia de lo que una vez juró ser, y lo llevó de nuevo a la agonía y el odio infinitos. Así pasaron milenios mientras ajeno a la cuantía de su encierro, y trastornado por el tormento sufrido, se percató de que podía escuchar a lo lejos a algunos de sus compañeros de prisión. Las voces sonaban amortiguadas, algunas demasiado irreconocibles, pero al menos ya no estaba solo, y eso reconfortaba su esencia antaño solitaria.

Pronto, lo que comenzaron siendo voces tenues se tornaban charlas de presos, además de toda una jerarquía de antiguos lideres y algunos nuevos que imponían su tiranía sobre aquellos que no tenían poder o voluntad suficientes. Por todas partes escuchaba la misma pregunta, ¿Qué fue del Embaucador? Unos apostaban porque había sido destruido cuando Dios tocó la Creación poniendo fin a la Guerra de la Ira, otros aseguraban que los había vendido para liberarse del castigo de la Hueste, había quien incluso decía que todo esto era una parte del Plan Divino, y que Lucifer era otro peón jugando un papel protagonista en una obra antigua y bien diseñada. Para Suriyel estaba claro, importaba una mierda la razón de la ausencia del Portador de la Luz, importaba que no había pasado por lo mismo que ellos, que se había librado y no había cumplido con la promesa de liberarlos de la tiranía del Cielo... Y eso nuevamente, encendía su rabia y su dolor. Y fue en esto nuevamente, que milenios pasaron, debatiendo qué hacer si conseguían salir, ya que al fin y al cabo, los cinco mejores entre ellos, los lugartenientes de Lucifer, los Caídos más brutales, sádicos y ansiosos de venganza, habían sido sacados del Abismo de un modo y con una finalidad, desconocidos para todos.



Llegaron “tiempos” extraños, algunos de sus compañeros de prisión iban desapareciendo sin un patrón claro, desvanecidos para cualquiera que intentase escrutar su presencia. Había quien hablaba de que los monos humanos estaban quizás empezando a dominar su divinidad y habían empezado a liberarlos, pero de nuevo todo eso eran falsas esperanzas... Suriyel ya había constatado que la esperanza era inútil, que lo mejor era no hacerse ilusiones y resignarse a la fría oscuridad. A veces, cuando se aislaba para buscar algo de paz, se preguntaba cuanto había cambiado el mundo que una vez ayudó a crear, y qué estaba haciendo la Humanidad con él. Era en estos pequeños momentos donde él intentaba mitigar su Tormento, los últimos fragmentos de un Suriyel (Por entonces un Segador llamado Sariel) que anhelaba velar por el descanso de aquellos a los que una vez amó tanto como para condenarse. Y en esas ensoñaciones y recuerdos del pasado, se dejó marchar a tiempos pasados ahora ausentes...

Como a todo aquel que sabe esperar lo suficiente, le llegó su hora de la verdad. Las puertas del Infierno no son lo bastante fuertes para resistir eternamente, y cuando la gran tormenta espiritual recorrió todo el Otro Lado, se produjeron grietas en la negra sustancia que daba forma a sus paredes. Los grandes y poderosos Archiduques no podrían salir por tan inmundas grietas, pero algunos Caídos, sobre todo los menos atados a esa prisión, los hábiles por así decir, habían podido colarse por sus rendijas... Para ser sinceros, la mayoría eran meros despojos comparados con lo que una vez fueron, pero en medio de toda esa escoria aún quedaban Caídos de un poder moderado y una antigua gloria por resurgir. Suriyel se encontró con una de estas grietas, vórtices de un blanco grisáceo como ya no recordaba, y pensó que podía significar su aniquilación, pero tras tantos milenios encerrado, incluso la aniquilación era un soplo de aire fresco, y con decisión se lanzó a su nuevo destino.



Lo primero que sintió fue el dolor, lacerante, rápido, brutal y en el estómago. Lo primero que olfateó fue el aire lluvioso de un sucio callejón, basura, agua, ratas, orín, sangre. Sus oídos escucharon el trueno a sus espaldas, lejano pero ensordecedor, cargado de una ira elemental que iluminaba el cielo nocturno. El regusto en la sangre en la boca, con el agua de lluvia en la cara, los restos de una cena mal improvisada, y un sabor amargo que tenía demasiada mezcla, con un regusto a humo. Sus ojos fueron los últimos en dejarse sentir... Lo veía todo con claridad por primera vez en milenios de encierro. El callejón, inmundo y triste, la noche tormentosa acorde a su rabia desatada, su cuerpo joven pero maltrecho, uno que no era suyo además, su estómago perforado por lo que parecía una daga empuñada por un humano sucio, desarrapado, con pocos dientes y cara de trastornado que le acababa de apuñalar tras darle un puñetazo, al parecer para robarle la cartera. De pronto, su rabia se desató tan súbitamente como fue capaz, lo miró a los ojos y vio todos sus pecados, sus vicios y su malicia, vio los ojos de un hombre que había cometido atrocidades por sobrevivir y que no tenía conciencia ninguna por el mal que cometía. En un movimiento veloz, hundió ambas manos en el pecho de su agresor y de súbito lo partió en dos, esparciendo sus restos por medio callejón. Miró a todos lados pero no vió a nadie, y con pasos lentos y torpes el Caído se internó en la noche de Nueva York...




[Continuará próximamente...]

Este relato está basado en el JDR Mundo de Tinieblas, concrétamente en la línea de juego "Demonio: La Caída", toda la terminología que pudiese haber propia del mismo, pertenece a terceros y ha sido tomada como marco de referencia y sin ánimo de lucro. Las imágenes son de MorgueFile, gratuitas y usadas dentro de sus condiciones.


2 comentarios:

  1. Bueno, espero que os guste. Este personaje (pj), Suriyel (O Sariel, por comodidad), es un pnj (Pj no jugador) de una partida de D:LC que estoy dirigiendo. Iré subiendo más relatos en breve sobre él y otros Caídos, espero que escribáis crítica (Constructiva xDD) y me vayáis contando cual os va gustando.

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  2. He encontrado algunos errores de escritura U.u´

    Me pondré a corregirlos más tarde.

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